‘Voces’, la inquietante y sorprendente apuesta por el cine de terror con un toque personal

El ADN cinéfilo de su director fortalece y da vida  a la producción estrenada en Netflix que supone un nuevo horizonte para el cine de terror

Voces

Voces es una nueva ventana al cine de terror español que toma decisiones valientes a partir de un relato desgarrador que no flaquea en ningún momento. Como no podía ser de otra manera, cae en algunos clichés pero recorre el equilibrio justo entre lo intrigante, lo inteligente y una magnitud de sustos que no exceden en la narración y en ningún caso, lo exageran, algo que juega a su favor. Pues el drama familiar está presente en todo momento a través de varias generaciones unidas por el dolor del presente y el pasado.

Muchas veces es difícil marcar la diferencia en un terreno cada vez más explorado en la industria, pero en este caso la excelente producción del film y un reparto que brilla desde la primera escena, hace que esta película se gane un hueco muy merecido. Sí, es cierto que hay muchas cosas que ya hemos visto antes pero muchas otras, trazan un universo interesante donde se fusionan lo clásico y lo moderno con ritmo y sutura inquietante, lo que provoca en el espectador una sumersión total en la historia, dejando una adrenalina escalofriante.

Voces

Ángel Gómez Hernández debuta en la dirección después de una amplia experiencia en cortometrajes de terror como Cariño y Behind, este último con gran repercusión internacional. Su carácter personal y su universo cinematográfico se anuda con gran acierto en Voces, donde encontramos elementos recurrentes que se referencian en películas del género, como el ahorcamiento a través del cristal de La profecía o la aparición misteriosa de una pelota como sucede en Al final de la escalera. En lo lejano, oscuro y anticuado de un caserón se sustenta el relato que comienza su metraje con una sucesión de pesadillas infantiles que encienden la llama del terror, la incredulidad y el horror. A partir de ahí, nada volverá a ser igual. La casa que está embrujada y ahogada en el pasado (lugar destinado a juzgar a las mujeres acusadas de brujería) se convierte en un pozo sin fondo, del que quieren huir al tiempo que necesitan una respuesta.

El desgarro del dolor: el hilo conductor del filme

El dolor permanece conectado a sus protagonistas. Daniel y Sara se mudan a una nueva casa junto con su hijo Eric de 9 años. El padre se está encargando de la reforma con el objetivo de revenderla, mientras que el pequeño vive su propio infierno, escuchando voces que salen de las paredes y no le dejan dormir, un eco bajo su cama o a través del walkie talkie con el que a veces habla con su padre. El director juega mucho con el ambiente y lo sobrenatural para ofrecer un relato de terror que está lleno de frescura y emociones fuertes. Voces recupera las mejores virtudes del cine de terror de los 80 y busca un nuevo estímulo dentro del género. Y lo consigue, con garra y personalidad a través del guion de Santiago Díaz, logrando dar suspense desde una nueva perspectiva.

Voces

Ramón Barea es el alma de esta película pero no se queda atrás el resto del elenco. Nos quedamos conmocionados con el dolor y sufrimiento que nos consigue transmitir Belén Fabra, actriz puramente emocional, Rodolfo Sancho que está tremendamente convincente y Ana Fernández, siempre con ese carisma tan particular y que en esta ocasión nos deja ver una nueva faceta interpretativa. Un reparto muy bien elegido, piedra angular de Voces.

Voces es un trazado más que interesante del cine de terror más tradicional con una atractiva personalidad, siempre coherente con la narración y con un futuro prometedor para su director Ángel Gómez Hernández.

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