‘After: En mil pedazos’: el drama adolescente que mejora a su antecesora pero decepciona en el fondo

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Hay una pregunta que ronda mi cabeza muy a menudo desde que fui al cine a ver After: En mil pedazos, la segunda parte de la saga literaria escrita por Anna Todd ¿Cómo puede ser un éxito de taquilla una película que abusa de los clichés referentes al amor romántico y la supuesta normalidad de una relación tóxica? Porque los jóvenes leen y eso quizás es lo más atractivo. Pero además de eso, tienen por desgracia demasiada toxicidad a su alrededor y que la trama esté centrada en esta cuestión empatiza con ellos, aunque para nada es la forma más idónea para abordar esta cuestión. Los guionistas pecan de estereotipos, los diálogos rozan lo dañino y no son para nada adecuados en una cinta que se dirige a los adolescentes y les influye de manera determinante.

La historia no tiene nada de novedoso, chica con novio conoce a un chico en el inicio de una nueva etapa, la universitaria pero él la traiciona. Surge la decepción. Un contraste entre la dulzura de ella y el pasotismo y rollo malote de él. Tessa (Josephine Langford) y Hardin (Hero Fiennes-Tiffin) viven una historia de amor que está destinada al fracaso porque hay engaño detrás y la conciencia se lo acaba recordando. Eso sucede en la primera parte. Decepción amorosa y decepción para el espectador, al menos para el más observador con los detalles.

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After: En mil pedazos comienza un mes después de la ruptura que acabó en lágrimas y un fuerte ataque de rabia. Sus caminos se han separado. Mientras que Tessa empieza de prácticas en una editorial de alto nivel Vance Publishing, Hardin está destrozado esperando su llamada. Llega en una borrachera de la protagonista. Después de eso, da lugar una serie de encuentros y desencuentros en hoteles de lujo, (algo que difícilmente le ocurre a alguien de 20 años) que siempre acaban en el mismo punto: ambos discuten, van cada uno por su lado pero siguen luchando, sobre todo ella que siempre intenta dar una segunda oportunidad a Hardin que en esta continuación, está decidido a mejorar y corregir los errores del pasado.

After En mil pedazos nos acerca a una actitud más madura del personaje interpretado por Hero Fiennes Tiffin, conocemos por qué actúa como actúa, qué hay detrás de sus actitudes y por fin empatizamos y le entendemos, algo que no se consigue en la primera película. Tessa aparecerá esta vez como tabla de salvación y reconocemos que existe amor, ¿de verdad?

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¿El mayor error? Normalizar una relación tóxica

Lo que empezó como un fan fiction en Wattpad, se ha convertido en todo un fenómeno literario que ha repetido su éxito en la gran pantalla. Muy atractivo para el público adolescente y muy poco para los que como yo valoran la originalidad del guion y el riesgo. Aquí de eso no vas a encontrar nada. Solo escenas de sexo, la mayoría de la película y con diálogos sin profundidad ni coherencia. Lo único bueno un diseño de los protagonistas un poco más interesante. Esta segunda parte consiste en rupturas y reconciliaciones, idas y venidas.

After: En mil pedazos mejora a su predecesora pero decepciona en el fondo por ese intento absurdo de retratar una relación tóxica como el “ejemplo” ideal de romanticismo, idealizando y normalizando relaciones tan insanas y vacías, inertes como la de Hardin y Tessa. El cine tiene una labor mucho más didáctica y aquí parece que su finalidad es otro bien distinta. El éxito adolescente por encima de todo. Y las cifras. Ahí se queda todo.

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