La artista puso el broche de oro a su 11 Razones + Tour con la emoción a flor de piel y el cariño de un público que se quedará a su lado durante mucho tiempo
Wizink Center. Un lugar donde la música en directo adquiere otro matiz, el que se queda muy cerca del corazón. Un templo de tantos finales y tantos inicios. Anoche acogió el cierre de una etapa. Aitana dijo adiós a su gira. Las entradas se agotaron en cuestión de minutos. Tiempo suficiente que necesitó la joven cantante para adueñarse de nuestras emociones. Fue un despegue con mucha fuerza. El concierto arrancó con la vigorosa Formentera que luego daría paso a 11 Razones, el tema que da nombre a su segundo álbum, toda una declaración de intenciones donde Aitana transita por el proceso de una ruptura, un amor del que escapa porque le hace daño. Un canto al amor propio envuelto en un pop rock sugerente que recuerda a esas canciones que escuchábamos cuando éramos adolescentes.
Nadie quiso perderse esta despedida. Un público muy diverso estuvo presente en una noche inolvidable. Desde niños y niñas, acompañados de sus padres que desde que son pequeños les transmiten el valor de la música en directo, grupos de amigos (algunos fans trasnocharon en la puerta del recinto a pesar del frío y la lluvia que no dejaron tregua), parejas y gente de todas las edades. Que Aitana mueve masas es una realidad. El concierto prosigue y empieza a sonar Cuando te fuiste, esa vuelta a los 2000 que es todo poder y fuerza y se contagia hasta la grada más lejana del antiguo Palacio de los Deportes. A continuación, llegamos a Corazón sin vida, la colaboración que comparte con Sebastián Yatra.
Aitana se dirigía al público por primera vez. Se notaba que para ella era una noche especial y no era la única que tendría esa cita tatuada en el recuerdo. “Estoy muy emocionada y voy a intentar no llorar mucho esta noche. Soy una persona muy emocional, pero también soy ese tipo de cantante que no sabe cantar llorando, entonces tengo que intentar no llorar mucho esta noche porque todo el tiempo tengo las emociones a flor de piel”, confesaba la artista. Ahora llegaba el turno de Teléfono, el primer single de su carrera que siempre está presente en su setlist.
La primera sorpresa de la noche estaba a punto de aparecer por el escenario. David Bisbal interpretó Si tú la quieres junto con Aitana, mientras el público les acompañaba coreando la letra al unísono. No fue el único invitado en este fin de gira. También quiso estar a su lado Pablo López con su inconfundible piano que cantó con ella Con la miel en los labios. La emoción se disparó y a veces era complicado contener las lágrimas. Al igual que ocurrió con Ni una más que para muchas mujeres es ya un himno o cuando Aitana dedicaba el concierto a Elena Huelva, una de sus seguidoras más incondicionales que lleva años luchando contra el cáncer y no pudo estar en el concierto. No pudo estar físicamente pero si en el pensamiento y el corazón de todos los que estábamos allí presentes. Su lucha y positivismo es ejemplo para todos.
Lola Indigo le acompañó con su energía en Me quedo y Ptzateta hizo lo propio cuando subió al escenario para cantar con la catalana Quieres con perreo incluido. Aitana demostró que el trabajo que lleva haciendo durante estos años y el talento que tiene de serie sellan una carrera musical que va en ascenso. De 11 Razones interpretó Igual (=), No te has ido y ya te extraño, Si no vas a volver y Más (+). También hubo tiempo para Vas a quedarte, una de las más emocionales que envuelve el Wizink de un silencio ensordecedor que enaltece la voz de Aitana para dejar que nuestros sentimientos vuelen libres. En contraste, la cantante hizo moverse al público con algunas de las más poderosas y pegadizas. Fue el caso de En el coche, Mariposas, Mon amour, Otra vez y una que ya es mítica en cada uno de sus conciertos, Tu foto del DNI. El público no quería que el concierto terminase. Fueron 2 horas que supieron a poco y se disfrutaron al máximo.
No podían faltar las colaboraciones que Aitana tiene con Morat, Presiento y Más de lo que aposté que son de lo más pegadizas y revolucionaron a los allí presentes, así como Berlín, una que triunfó en los Tik Tok desde su lanzamiento. La artista hizo una versión muy especial de Puede ser de Dani Martín, que finalmente no pudo acudir pero le dio permiso para cantar esta mítica canción que tiene una letra desgarradora. También escuchamos Resilient, la canción más internacional de Aitana que pudo compartir con Katy Perry.
Uno de los momentos más especiales de la noche llegó con El Cine, uno de los temas que forman parte de la banda sonora de La Última, serie de Disney + que Aitana protagoniza. Fue la primera vez que la interpretaba en directo y fue mágico. Fue un concierto lleno de nostalgia y emociones a flor de piel: el fin de una era que corona a Aitana como una de las artistas más brillantes de la escena pop española que sorprende con cada lanzamiento y nos deja el corazón lleno cada vez que acudimos a sus directos. Siempre tan profesional y entregada, haciendo gala de la misma esencia musical y personal que nos conquistó desde que escuchamos su voz por primera vez.
