Una vuelta a la nostalgia y un guiño generacional con las virtudes más destacadas de la ficción original
No pasa de moda. No resulta monótona. Conecta con las emociones más terrenales, siendo el mejor ejemplo de una serie que conoce perfectamente el panorama televisivo, que en su momento fue transgresora y que ahora sigue fiel a su espíritu con una renovación adaptada a los nuevos tiempos. Física o Química: El Reencuentro es un abrazo sincero a todo el equipo humano y artístico que un 4 de febrero de 2008 se embarcó en una aventura que necesitaban que saliera bien como ocurre en cualquier otro proyecto pero sin ser conscientes de su magnitud. La serie creada por Carlos Montero ha sido emoción y revolución en cada diseño de personaje (el guion es natural y tremendamente explosivo), en cada golpe de humor, en cada interpretación, desde el principio llena de frescura y con esa luminosidad que siempre encontramos en los inicios.
Después de 9 años sin encontrarse por los pasillos del Zurbarán, sus protagonistas han tenido la oportunidad de acompañar una última vez a Cabano, Julio, Cova, Paula, Jan, Alma, Yoli, Gorka, Olivia, Irene, Berto, Vaquero, Fer, David, esta vez con muchas cosas aprendidas por el camino, y con el brillo de la nostalgia que estuvo muy presente durante los dos episodios que han sido emitidos en Atresplayer Premium y que han tenido una gran acogida en las redes sociales, donde algunos de los personajes han sido tendencia.
Este reencuentro surge con un gran acontecimiento, la boda de Yoli, uno de los personajes más queridos de la serie que de alguna forma se lleva el mayor de peso de este evento televisivo. Apostar por ella para el cierre (quizás definitivo) de esta ficción generacional fue todo un acierto. Conocemos sus dudas sobre el paso tan importante que va a dar, sin tener claro si su pareja es el hombre con el que quiere compartir el resto de su vida. La llegada de sus compañeros de clase le hace replantearse muchas cosas. A pesar de que ahora es un empresaria de primer nivel, siente que no quiere perder su esencia de chica de barrio, que es lo que le representa y a partir de lo que se ha construido como mujer.
Por su parte, conocemos los problemas internos que arrastran todos los demás y que iremos conociendo a lo largo de estos dos capítulos. Segundas oportunidades, amor propio, desamor y dejar atrás valores para escuchar a tu corazón. Así es Física o Química: El Reencuentro, una carta abierta a la amistad y sin perder la nostalgia que nos tiene a todos conectados a una historia donde no faltan las lágrimas de emoción y las risas con guiños a personajes que no han podido estar como Ruth y a series de la cadena como Élite o Compañeros o frases míticas como el “me está quemando” de la ficción original.
La aparición estelar de Fer fue todo un regalo, necesario por haber sido un personaje que siempre tendió la mano a la comunidad LGTB y representó en la ficción lo que muchas cadenas no mostraban en sus series. El corazón palpitaba de una manera especial cuando Yoli y Fer se encontraban como si no hubiera pasado el tiempo, como esos dos amigos incondicionales que nunca se fallaron el uno al otro, que se entendían con solo una mirada. Yoli sigue buscando sus consejos en un día decisivo para ella. Aunque Fer ya no estaba de manera física, se le apareció cuando la joven estaba agobiada, sin saber lo que era mejor para su vida y Fer siempre con las palabras adecuadas sabiendo que es lo mejor para su amiga, aunque con frustración por ver que Yolanda no se atrevía a ser sincera con sus sentimientos. El primer episodio recupera la nostalgia de aquellos años y el segundo episodio es aún más emocionante y divertido que el anterior con un gran final que deja lágrimas en los ojos.
Física o Química: El Reencuentro es un gran acierto, el cierre de una etapa para sus protagonistas y también para unos fans que desde que cerró el Zurbarán nunca olvidaron esos personajes. Este proyecto ha sido una sorpresa, una sonrisa en medio de una pandemia llena de grises, una celebración televisiva.