La renovada versión de la obra escrita por la dramaturga chilena Isidora Stevenson cerraba victoriosa su estreno en la capital, ante vítores y aplausos
Las primeras veces dan miedo porque nunca sabes qué te vas a encontrar. No lo sabe el equipo que durante meses prepara un espectáculo con el fin de dejar huella. Una historia que deja de ser suya, de todos y cada uno de ellos, para ser del público. Es algo que también nos sucede a los que vamos a ver una obra que no sabemos si conseguirá removernos por dentro. Y sí, ocurrió con más rapidez de lo que cabría pensar. Hilda Peña es una obra construida con entrañas y desde el corazón.
La obra Hilda Peña se estrenaba en Madrid por primera vez en la sala Nueve Norte. Una multitud de personas se agolpaban a las puertas de este pequeño teatro que acogía una obra que podríamos considerar de autor por la personalidad y naturalidad que desprende cada diálogo. Donde encontramos dolor aderezado con pequeños tintes de comedia que desatan la risa y complicidad en las butacas.
Dirigida por Romina Gutiérrez y protagonizada por el actor Javier Ubilla, es una narración ambientada en la Navidad de los años 90 en Chile. Hilda Peña es una mujer trans humilde y sencilla que es feliz con poco. Peluquera y madre, esto último no lo esperaba pero llegó por sorpresa a su vida. Mientras prepara el almuerzo, Hilda escucha en la televisión que en un banco del barrio alto se acaba de producir un tiroteo. Ella no lo sabe, pero una de las víctimas es su hijo, el niño al que no dio a luz, pero que sí recogió y adoptó como si fuera suyo. De ahí en adelante todo es pena como no podía ser de otra forma. A través de su voz y testimonio conocemos su historia, desde que antes de que este pequeño se cruce en su camino hasta su repentino adiós.
El duelo de la pérdida conecta con un relato que reflexiona sobre la identidad de género y la maternidad en una puesta en escena sencilla como lo es este personaje que parece liberarse al compartir su historia. Sentada, mientras se maquilla, encontramos un arrebato de alegría y rabia contenida, de ojos llorosos y de confesiones de salón. Hilda nos cuenta que ella no fuma pero en el funeral de su hijo sí lo hizo, que ya no ve la televisión desde que esa noticia sacudió su vida y puso todo del revés, que todo cambia y casi nada permanece. Solo el recuerdo de su hijo y el sonido de su risa que a veces se cuela en sus sueños de los que no quiere despertar.
Sabe que un cuerpo inerte pasa por diferentes estados: fresco, hinchado, putrefacto, seco y aun sabiendo eso, cada día antes de ir a trabajar, necesita abrir la tumba y volver a mirarle. Solo eso, mirarle. La pena le consume y no puede dejarle marchar. El actor Javier Ubilla se mimetiza de una forma sorprendente con esta mujer que pasa por tantos estados diferentes. Una interpretación brillante y desgarradora que solo pueden afrontar los actores que trabajan desde la piel y la conexión, que saben construir la magia y llevarla sobre el escenario. Cautiva y emociona desde la primera escena hasta la explosión del cierre.
Hilda Peña es una obra que necesitas ver porque no saldrás igual que cuando entraste y eso es lo que buscamos en cualquier montaje teatral, que algo se remueva por dentro y abra un debate para la reflexión. En un contexto de transición personal y social, Hilda Peña encuentra un lugar para liberarse poco a poco de su dolor.
Funciones
Días: martes 8, 15, 22, 29 de junio a las 20:00 h.
Dónde: Teatro Nueve Norte – Calle del Norte 9, Madrid – Metro Noviciado