La sala Lola Membrives, ese pequeño hall del Teatro Lara era el encargado de acoger un espectáculo muy especial en el que tienes la sensación de estar en el salón de tu casa. Brays Efe lo consigue cuando sale a escena en Las cosas extraordinarias, cuando te mira y te cuenta una historia que te crees desde el primer minuto porque su interpretación es de una verdad y un realismo aplastantes. Asistimos a una masterclass de teatro en la que todo el mundo suma.
Después del éxito que cosechó la obra en Barcelona, Brays ha colgado el cartel de entradas agotadas en casi todas las funciones. Las cosas extraordinarias es una comedia tierna, emotiva, auténtica y divertida, en la que el público juega un papel muy importante. Sin ellos, muchas cosas que suceden en la historia no tendrían sentido. Eso le da a la adaptación de Duncan Macmillan un valor original del que no hay que olvidarse. Un monólogo dirigido por Pau Roca que recorre las etapas de la vida por las que todos pasamos, nos arrepentimos o nos alegramos.
Los espectadores se verán reflejados en las palabras del Brays más auténtico y emocional. Un viaje a la nostalgia de lo que fuimos de la mano de un actor que se pone en la piel de un niño de siete años que intenta animar a su madre que sufre depresión ¿Qué se le ocurre a ese pequeño al que le acaban de decir que su madre está en el hospital porque “ha hecho algo estúpido”? Una lista de todas las cosas por las que vale la pena vivir. Todas ellas, imperdibles. Los helados, las guerras de agua, que te dejen quedarte mirando la tele cuando ya ha pasado la hora de irte a dormir, el color amarillo, las cosas con rayas, las montañas rusas, la gente cuando tropieza. Son solo algunas de las cosas extraordinarias que forman parte de esta lista interminable y evocadora.
Lo que podría parecer una historia simplista, se convierte en una algo muy diferente por la forma tan realista que tiene Brays de contarlo. Se nota que conoce y domina su oficio a la perfección.
El actor se caracteriza por una forma de trabajar desprejuiciada como los proyectos que protagoniza a los que siempre dota de una personalidad muy suya. Desde la inolvidable y carismática Paquita Salas, al excéntrico Mateo de Cómo sobrevivir a una despedida hasta el influencer de Paella Today. Brays mantiene con el público un vínculo muy especial que convierte a esta comedia en un encuentro inolvidable que merece la pena vivir. Su naturalidad siempre está presente en todos los proyectos en los que participa pero quizás es en esta función cuando se hace más visible. El guion parece escrito para él a medida, por lo que el actor lo lleva a su terreno e improvisa cuando siente que tiene que hacerlo. El público es parte de un juego en el que nada es casual, todo importa y cobra valor. Los que se acercan a verle se marchan de la sala con una sonrisa que no tiene precio. Ninguna función es igual a la anterior. Es la magia del teatro que se multiplica con la interpretación de un Brays Efe inconmensurable.
Muchos de los que se acerquen a ver esta obra, lo harán por su protagonista y esa interpretación de Paquita Salas tan maravillosa, por eso Brays tenía un reto mayor, hacer olvidar durante 90 minutos a esa representante de actores y vaya si lo ha conseguido. Las cosas extraordinarias funciona porque estamos ante un buen texto y un buen actor que sabe manejar los tiempos y el espacio, sabe llevar al público al momento al que necesita llevarles. Brays logra construir un personaje desde la empatía y la conexión con la parte más importante, el público que está ahí y se deja llevar.
Es la solvencia de un actor que sabe lo que hace, que se entrega, con una honestidad y una generosidad que hay que aplaudir. Es muy valiente que actores como Brays que han triunfado en grandes plataformas como Netflix apuesten por pequeños formatos y nuevos medios para llegar a su público. No hay una cosa que pueda enriquecer más la trayectoria profesional de un actor.