Alguien dijo una vez que la vida da muchas vueltas y las vueltas dan mucha vida. La misma que desprende una gallega que respira música con una caricia al aire que se siente diferente: desgarro llorado, a golpe de guitarra y furia artística.
Guerrera porque es leona. Dulce leona porque lucha y no tiene miedo. Porque es y no tiene freno. Porque su carácter artístico entraña una sincera y extraordinaria sensibilidad. La que custodia bajo acordes historias y recuerdos. Los suyos que, luego, acabaron siendo nuestros. Los que dejan sanar y avanzar. Los que abren paso a una nueva piel, un nuevo comienzo: el despertar.
Miriam Rodríguez cumple 24 años con el espíritu lleno de canciones, en un año complicado pero decisivo. La joven compositora ha tenido que adaptarse a la nueva situación y tuvo que presentar el disco en streaming desde su casa, a distancia, con su banda y un público que no la dejó sola, que se emocionó y le acompañó a través de la pantalla.
Pontedeume. El frío del inicio del otoño sacude la casa de Los Rodríguez. Miriam juega con una guitarra entre las miradas cómplices de sus padres y la conexión con su hermano Efrén. Las raíces siempre vuelven a ella. En el día del cumpleaños. En la vuelta al sol. Ahora y siempre. Cuidando de su arte como ese niño que imagina miles de batallas y cuida de su pequeño tesoro.
De la oportunidad que fue ser parte de un programa musical de referencia como Operación Triunfo (TVE), a sanar sus cicatrices en su primer álbum, a empezar a dibujar su horizonte profesional con La dirección de tu suerte. Entonces, se dio cuenta que la suerte es eso que pasa cuando eres honesta con tu forma de trabajar, cuando lo sacrificas todo, cuando cantas con el corazón en la mano, cuando luchas sin mirar atrás. La suerte es eso que pasa cuando todas las piezas del puzzle comienzan a encajar.
A veces sucede que un acorde te cambia.
A veces sucede que una canción calma tu ansiedad.
Y recoge tu rabia.
La disipa.
A veces sucede que la música te libera como si por fin las cadenas saltaran por los aires.
Hay cantautoras que redescubren un nuevo. comienzo.
Sin miedo.
Desde dentro, donde las raíces se encuentran con lo que queda pendiente por decir.
Por compartir.
A veces sucede que una hoja en blanco se convierte en la partitura donde llorar tu desahogo.
Miriam Rodríguez es la contadora de historias más desgarradora.
A golpe seco de guitarra.
La más leona.
De voz ronca.
De sonido limpio y desnudo.
De sentimiento explosivo y pasional.
A veces sucede que respirar emociones es la necesidad de la que no queremos despertar. No podemos.
A veces sucede que nos perdemos en la belleza de perderse y aprender.
A veces sucede que queremos desparecer y despertamos en mitad de la magia.
A veces perderse en la verdad es la mejor opción. Espera. Quizás sea la única.
A veces sucede que hay que dar las gracias.
A veces sucede que hay que dejarse llevar.
A veces sucede el silencio.
A veces un nudo en el estómago.
Una lágrima en medio del desorden.
A veces sucede que la música es el impulso que nos deja ser. Así. En mayúsculas.
Gracias Miriam por hacer que suceda
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!