‘Tuppersex’, una reunión de amigas de lo más irreverente y divertida

La obra de teatro se despide de su tercera temporada en Madrid por todo lo alto 

Tuppersex

Teatro Nuevo Alcalá. Tuppersex regresa al lugar donde empezaron sus primeros días de risas en la presentación de una historia que te hará desconectar de la rutina diaria. Una propuesta diferente que pocas veces hemos visto representada sobre un escenario. A  nuestra llegada nos encontramos con una reducida sala donde no sumaríamos siquiera 20 personas, lo que inunda esta experiencia de una cercanía y un vínculo irresistibles. Las actrices protagonistas de la función Roma Calderón y Paloma Vidal buscan la mirada del público y reciben un feedback inmediato. De esta forma, logran reconocer si su trabajo está funcionando, interactuando con los asistentes desde los primeros minutos.

Bajo la autoría de Edu Pericas, Tuppersex es una comedia histriónica, llena de diversión, perfecta para liberar tabués y tensiones y que genera un ambiente distendido con la presentación de las dos mujeres que cargan con todo el peso de la obra. Durante las primeras escenas conocemos a la más seria y profesional. Después, la llegada estrepitosa de Mamen, una peluquera excéntrica, sin pelos en la lengua que imparte la segunda parte del curso hace que la obra empiece a adquirir un tono diferente. A través del humor se naturaliza un tema que muchas veces provoca un incómodo silencio y a veces incluso vergüenza. Ambas forman un tándem perfecto, donde se fusiona una complicidad y una magia escénica dignas de aplausos y vítores.

Tuppersex
Fotografía extraída de Sergio Pazos (Facebook)

En Tuppersex nos convertimos en alumnos de una peculiar reunión a la que ninguno estamos acostumbrados. La empresa My Secret Flower, en pleno proceso de expansión económica, imparte el Curso de Formación para Asesoras de Tuppersex con el objetivo de contratar nuevas vendedoras de juguetes eróticos. Pero un problema inesperado hace que la sexóloga habitual del curso sea sustituida por una extravagante peluquera de barrio sin pelos en la lengua. La sesión se convierte en un hilarante caos en el que las excéntricas técnicas docentes de esta improvisada ponente que por no saber, no sabía casi ni la materia que tenía que impartir, supondrán una auténtica pesadilla para la responsable del curso que no sabe donde meterse.

La falta de experiencia de Mamen genera un punto de conflicto con la otra compañera que se encuentra en el extremo opuesto, esta última siempre formal, manteniendo una distancia con los alumnos. Esta situación da lugar a  momentos de lo más hilarantes. Son un auténtico acierto los giros de guión y el ritmo tan ligero que atraviesa la obra de teatro. En ningún momento se siente la sensación de pausa ni aburrimiento. Es una función que funciona como un tiro, sin hacerse larga ni quedarse corta. Duración correcta y ritmo adecuado con un trabajo impecable de sus actrices Paloma Vidal y Roma Calderón.  La primera enfundada en un traje hace gala de su buen hacer empresarial. Su personalidad es muy ruda, seca y su forma de expresarse, especialmente marcada, proyectando su voz y masticando de una forma algo artificial las palabras de su discurso. Según va avanzando la trama, va desmelenándose y se acerca al atrevimiento descarado de su compañera, pero sin perder esa inocencia y tristeza que termina todo ello en un tono fiestero y desenfadado que presenciamos al final de Tuppersex.

Tuppersex

Por su lado, Roma Calderón se convierte en el centro de atención desde que pisa la sala por primera vez cargada de unas maletas enormes, pasando por medio del patio de butacas. Es el primer gesto de complicidad con el público que dibuja la primera sonrisa. Su estética de lo más extravagante y desenfadada, con el pelo teñido de un azul intenso, su forma de moverse y su forma coloquial de expresarse que roza lo grosero. Calderón se mimetiza perfectamente con Mamen y muchas veces confundimos el límite del personaje y la actriz y este logro se consigue por una verdad que nos llega con tan solo una mirada. Además, controla en la medida justa la energía y no llega nunca a sobrepasarse. Conoce bien la personalidad de su personaje y la traslada de forma muy natural al escenario del teatro.

Tuppersex es un cóctel imponente de risas desgarradas, atrevimiento narrativo y artístico,  de mirar a los ojos del público que son testigos de situaciones hilarantes que hacen gala de un humor que se vuelve necesario y poco común sobre las tablas de un teatro.

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