“De lo que no se habla, no existe. Lo que no existe, se margina”. Y cuando algo se oculta, es cuando los que tienen el poder de dar voz, necesitan hacerlo con más fuerza que nunca. Por justicia y honradez. Por licencia creativa. Es precisamente en el proceso de deconstrucción de esa realidad, donde los Javis, dan forma a Veneno, una historia de la que solo conocíamos la parte que la televisión nos había enseñado. Esa que todas las noches aparecía en el Missisipi de Pepe Navarro, sin dejar ver lo importante, a Cristina, la persona que vivía detrás del mito.
El punto de partida de Veneno es el testimonio de Valeria Vegas, la escritora de las memorias de Cristina que se interpreta a sí misma en la madurez, con la que recorremos uno de los momentos más decisivos de su existencia. Valeria es un estudiante de Periodismo que descubre la importancia de ser y no esconderse cuando conoce a su mayor inspiración, la Veneno, lo que se convierte en toda una revelación.
Estamos ante el conmovedor relato de la verdadera historia de Cristina Ortiz, La Veneno que reconfirma a Javier Calvo y Javier Ambrossi como los creadores más brillantes de los últimos años.
Vuelven a obrar el milagro con una propuesta creativa que encuentra el equilibrio perfecto entre el drama y la comedia, al tiempo que dotan a los personajes de ternura, humildad y corazón sin olvidar la visibilidad de las tinieblas y miserias de una inspiración. Un mito que abrió los ojos y fue la primera gran figura visible del colectivo LGTBI. Su lucha ha dejado huella en este colectivo pero también lo ha hecho en cualquiera de nosotros.
En un ejercicio de compasión hacia los personajes, los Javis dibujan con gran humanidad a una serie de protagonistas. Podemos ver la fragilidad y el siempre carácter divertido de La Veneno, interpretada de forma sublime por Daniela Santiago e Isabel Torres en sus dos etapas, el realismo y cercanía de las prostitutas a las que profesamos nuestro amor desde el primer momento. Asimismo, reconocer el gran trabajo de Lola Rodríguez que es capaz de encoger el corazón y dar una lección universal.
Los Javis vuelven a confiar en Mariona Terés después de Paquita Salas. Su verdad y talento vuelven con una solvencia abrumadora. Cada monólogo suyo es una pieza brillante y sobrecogedora. Además se repiten los cameos locos y fascinantes como son los de Desirée Rodríguez, la que fuera concursante de Gran Hermano que da vida a Paca la Piraña en su juventud, Gemma Galán, regidora de La llamada que interpreta a una de las redactoras de Hoy cruzamos el Misissipi o Anna Allen.
Nos resulta muy fácil comprender el debut glorioso de La Veneno como estrella, al tiempo que empatizamos con el contraste en sus horas bajas, cuando ya nadie parecía acordarse de ella. Es uno de los sellos creativos de esta pareja artística, utilizar el melodrama y llevarlo al límite para conectar con cada uno de los espectadores. Lo cierto es que les funciona y siempre lo consiguen. En este caso, desde una historia real nos proponen un viaje de sensaciones que provoca que pasemos de un estado de ánimo a otro en cuestión de segundos.
Desde la primera escena, en el transcurso de la trama y el cuidado trato que se da a Cristina, a Paca la Piraña, a Valeria descubrimos el cariño y admiración que sienten los Javis por Cristina.
Veneno sitúa al público en diferentes etapas de Cristina y lo hace con el retrato más fiel de cada época. Madrid, 1996. La entrada triunfante (es muy disfrutable como espectadora asistir a la presentación que se hace de los personajes) de la reportera Faela Sainz que acaba de ser madre y quiere que su trabajo sea igual de importante que la nueva reportera Machús Osinaga (Ester Expósito) que le empieza a quitar terreno. Fue la gran descubridora de la Veneno, arriesgando incluso su vida. Destacar la elección tan acertada de elegir a Lola Dueñas que siempre sorprende con su verdad por bandera.
El medio televisivo busca el bombazo. Y hablar de lo que nadie había hablado en ese momento. Y queda una reflexión al término de este primer capítulo ¿Oportunidad o beneficio lucrativo?, lo que lleva a una crítica muy necesaria sobre el papel de los medios de comunicación.
Una visión que se hace más grande cuando alguien enfrenta un proyecto de ficción con tanto mimo. Un merecido y necesario homenaje a la cultura de los 90 y a un icono que recorre su estrellato hasta su hundimiento. En Veneno se combina una estética costumbrista con la épica de la escena televisiva y de ese mundo de la fama que los Javis siempre intentar rescatar, visibilizar e incluso criticar en sus creaciones como ya pasara en Paquita Salas.
Un discurso sobre la identidad y la nostalgia que convierten a Veneno en una joya universal.
Los ojos nos acercan al retrato más honesto de Cristina. El ritmo es magnético. La empatía y fragilidad se encuentra con el conflicto como el que se produce en el Parque del Oeste. Lo que nos hace llegar a reír con los innumerables gags que también saben construir sus creadores hasta ser capaces de encontrar nuestras debilidades y derramar las primeras lágrimas. Ocurre en el primer episodio cuando el personaje de Mariona Terés confiesa la importancia de salir de las cuatro paredes en las que a veces nos sentimos encerrados. Después la voz en off de Valeria de joven. Y mucha verdad.
Los Javis dan un paso más como autores y en la necesidad de rescatar mensajes tan poderosos como las segundas oportunidades, la necesidad de ser tú misma y encontrar tu camino. En Paca la Piraña encontramos referencias a su Paquita Salas y cada plano es una maravilla a nivel luces, ambientación, interpretación. Todo suma en una ficción que no engaña, que cuenta lo que hay y aporta numerosas lecciones con las que cualquiera puede sentirse identificada.
Veneno es una salvación que llega en forma de oportunidad en un intento ganador de educar la mirada de los espectadores y construir un universo de ficción más honesto, más libre y más humano.
Juguete roto no, un bombón ¡Qué valor! El mismo valor que construye un conmovedor relato que brilla y humaniza sus ruinas, las tuyas y las nuestras. Deslumbrante Veneno.
El primer episodio ya está disponible en Atresplayer Premium.