Mamma Mia, el aclamado musical que triunfó en las tablas del teatro y en cines de todo el mundo vuelve a la cartelera con la secuela más esperada, una segunda parte en la que se conocerá la historia de Donna Sheridan desde que era joven: sus aventuras, desventuras, sus amores, la fortaleza y el espíritu inquieto con los que encontró su lugar en el mundo, concretamente en Kalokairi (Grecia).
Protagonizada por Amanda Seyfried, Pierce Brosnan y Lily James, Mamma Mia! Una y otra vez recupera el espíritu fiestero y familiar de su antecesora. No es la película del año a nivel de producción ni de guión porque sencillamente no pretender serlo. Lo único que intenta es convertirse en la película que todos esperamos ver, una comedia familiar fresca y veraniega. Y lo consigue. Si eres de los que buscan una película con un guión más elaborado, aquí no lo encontrarás. La historia tiene pocas sorpresas. A pesar de que se abren nuevas tramas, no nos anticipa nada nuevo pero sí mantiene la esencia de disfrute y alegría que hizo bailar a espectadores de todos los rincones del mundo. El director Ol Parker tenía claro que hacer una segunda parte sería una apuesta segura porque sabes que la gente tiene curiosidad por ver de qué forma continúa la historia, aunque la jugada puede salirte mal al intentar agotar un hilo argumental que quizás no hacía falta estirar tanto. Dicen que las segundas partes nunca fueron buenos, sobre todo si el guión no da más de sí, como ha pasado en este caso. Sin embargo, es un detalle que se pasa por alto por la música de ABBA, el reparto formado por los veteranos y nuevas caras que hacen brillar aún más la cinta y un ambiente de alegría que se intensifica casi al final del filme. Los creadores y guionistas no han querido dejar pasar la oportunidad de continuar una década después. Recordemos que en 2008 la película recaudó más de 500 millones de euros y fue uno de los mayores triunfos de la historia del cine actual. Incluso fue nominada a los Globos de Oro como Mejor Comedia o Musical y mejor Actriz Protagonista para Meryl Streep.
Mamma Mia 2 es el regreso de sus protagonistas y de su público a la isla de Kalokairi 10 años después con el descubrimiento de los orígenes de Donna Sheridan a través de flashbacks al pasado que se enlazarán con la actualidad. Un viaje a la juventud que ilustra desde la llegada de Donna a la isla griega, sus tres amores, Harry, Sam y Bill hasta el embarazo de Sophie. Una joven Donna (Lily James) se escapa de su casa por la díficil situación familiar que no le deja avanzar. Con la mochila a las espaldas y muchos sueños por cumplir, se marcha a descubrir Europa. París, la ciudad del amor, es testigo de su primera aventura amorosa con Harry (Hugh Skinner), un joven inglés algo inmaduro y muy rígido que finalmente desaparece de su vida para empezar su carrera como banquero, presionado por sus padres. Justo un día después conoce a Bill (Josh Dylan), un marinero que le seduce por su alegría y atrevimiento ante la vida. Su relación no dura demasiado, ya que debe irse para participar en una competición de vela. Finalmente, Donna entablará amistad con Sam (Jeremy Irvine), un joven soñador con el que comparte sus locuras por la isla. Parker apuesta por contarlo con un tono meláncolico, a veces alejado del carácter alegre de la primera que se recupera hacia el final de la cinta que termina con final feliz, acompañado de nuevas canciones de ABBA, las menos conocidas del grupo popero de los 70 y las ya míticas Dancing Queen, Super Trouper y Mamma Mia, entre otras. El final de la película es un despliegue de baile, purpurina y música que reúne a todo el elenco que ha participado, en la juventud y la actualidad, saltando de alegría al ritmo de ABBA. Una fantasía, vamos.
El casting no puede ser más acertado. Se consigue que los personajes que conocemos en la actualidad mantengan su personalidad y su sello personal en el pasado, algo que no es nada fácil. A destacar una mágica y fascinante Lily James que consigue crear la misma Donna interpretada por Meryl, con ese carácter bohemio y alegre y esa mirada dulce y soñadora. Al igual que Christine Baranski y Julie Walters que interpretan a Tanya y Rosie, respectivamente. Ambas mantienen la frescura y vis cómica que vuelven a desatar la risa en la sala de cine. Cabe resaltar el siempre impecable trabajo de Pierce Brosnan y Colin Firth, siempre capaces de ponerse en la piel de personajes muy dispares a lo largo de su carrera. Sin olvidar a Amanda Seyfried, una actriz con mucha luz que lo dice todo con su mirada. Ella es la protagonista principal de Mamma Mia! Una y otra vez y está a la altura de la historia, más nostálgica que la anterior, con la que ha tenido que matizar en su personaje y trabajar para aportar una visión diferente, como han hecho todos los actores y actrices que pusieron cuerpo y alma a a Donna, Sophie, Harry, Sam, Bill en la primera película. El reparto veterano ha tenido la difícil tarea de construir un personaje que cuenta con más años a sus espaldas, con una vida diferente y un presente por el que luchar. Se echa de menos una mayor presencia de Meryl Streep que a pesar de salir poco en la película, deslumbra y se postula como una de las mejores actrices del cine actual, siempre a la altura de cualquier reto interpretativo que se le ponga por delante. Mención especial a una Cher explosiva, aparición casual y necesaria que es todo un acierto de casting.
El éxito de Mamma Mia radica en crear una comedia musical y familiar con las canciones de ABBA, una mezcla explosiva que se mejoró con algunos de los mejores nombres del cine de Hollywood: Streep, Pierce Brosnan, Amanda Seyfried, y Colin Firth. El cine consiguió recuperar la esencia fiestera y el espíritu familiar que ya se veía en la obra teatral. Ahora, el exitoso musical vuelve con una segunda parte más dramática que empieza con alguna lágrima de más que conecta con lo que se está viendo y viviendo a través de la pantalla. La familia, la maternidad y la búsqueda de la identidad serán los cimientos sobre los que se asienta Mamma Mia! Una y otra vez que celebra una fiesta sin fin convertida en un homenaje a la música, un canto al amor y la libertad.