‘Ghost’, el musical’: la magia del más allá

El Teatro Albéniz  acoge una adaptación que une lo sobrenatural con una de las historias de amor más bonitas y dolientes que navega entre la vida y la muerte

Ghost el musical

De la mano de la productora Letsgo, el musical de Ghost atraviesa su recta final en Madrid tras un extenso recorrido en la capital, donde cada detalle ha ido creciendo para ofrecer algo único. De Gran Vía se trasladó a una sala de ocio que comparte espacio con un hotel cercano a la mítica Puerta del Sol. Que ya desde el exterior parece imponente bajo una hilera de estatuas que provocan que nada más llegar alcemos la mirada a la fachada. Un teatro que debió de hacer frente a un cierre que se prolongó durante demasiados años hasta lograr una reapertura digna el año pasado. Ahora, envuelto en un halo de amor, tensión y efectos milagrosos nos devuelve a la nostalgia del Nueva York de los años 20.

El milagro del amor eterno

Ghost se llevó a la gran pantalla y se convirtió en arquetipo del thriller noventero, alcanzando gran éxito mundial. Una propuesta que ha sabido adaptarse perfectamente a una película que ya desde el inicio resulta complicado llevar a las tablas por todas las particularidades que rodean la acción. En este sentido, el musical se asemeja más al cine en su apariencia, en sus diálogos y la capacidad de transformar con gran rapidez los escenarios y afrontar con agilidad los cambios de vestuario. Especialmente nos sorprendió el del personaje de Oda Mae casi al final de la representación. Todo encaja con bastante facilidad.

Ghost el musical

La esencia de la película original de Ghost se mantiene durante la  mayor parte de la función pero quizás nos falta algo más de pasión y erotismo en la mítica escena de la arcilla que nos supo a poco. Asimismo, también nos hubiera gustado un número dedicado exclusivamente a la interpretación de Unchained Melody por la pareja protagonista. Además, en algún momento puntual de la obra, especialmente en los números musicales grupales se pierde bastante el sonido y como espectadora te pierdes en algunos diálogos o en las letras de las canciones.

Uno de los puntos fuertes son los efectos especiales que están muy logrados gracias al trabajo del ilusionista Paolo Carta. El italiano ha creado 27 trucos de magia que permiten recrear algunos de los momentos más memorables como cuando un fantasma atraviesa el cuerpo de Oda Mae. Impresiona mucho verlo en primera persona.

Ghost el musical

Ricky Merino interpretó con mucho acierto al personaje de Sam, uno de los que cuenta con mayores dificultades por todos los matices que atraviesa a lo largo de la obra. Le vimos correcto a nivel vocal y haciendo gala de la seguridad escénica que le han dado otros musicales en los que ha participado como Rent, Grease o Chicago. Ana Dachs como Molly mantuvo un perfecto equilibrio entre la línea musical e interpretativa, aportando una sensibilidad que apuntaba a la emoción, especialmente en uno de sus números individuales, donde escribe una carta a Sam. Ambos tienen una gran complicidad que logran construir un tándem repleto de magia y conexión. Destacar también el trabajo de Christian Sánchez como Carl que maneja muy bien la dualidad de su personaje,

Ela Ruiz en el papel de Oda Mae Brow es el gran regalo de Ghost, el musical, que nos recuerda mucho a la euforia y vis cómica de Whoopi Goldberg. La actriz cubana es la culpable de que el público desate en risas. Además, enfrenta uno de los números más acelerados en ritmo, cuando sueña en ser rica. Ela Ruiz dibuja con brillantez vocal un gospel que suena cálido, portentoso y celestial.

Ghost el musical

Ghost el musical conforma un espectáculo de gran calidad que arriesga con detalles innovadores que no habíamos visto antes sobre las tablas, donde la historia de amor truncada de Sam y Molly nos llega al alma con una entrega absoluta por parte de todo el equipo.

 

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