¡Felices 20, Natalia! Hoy cumple años una persona muy especial que hemos conocido este año gracias a Operación Triunfo. Por eso, desde La Voz Cultural hemos querido escribir este homenaje con todo nuestro cariño.
Natalia Lacunza tiene magia en la garganta. Un duende especial que te sacude las emociones. Subes el volumen de la tele para escucharla bien. Sólo necesita tres segundos para arañarte el corazón y que se active el pelómetro de una forma casi milagrosa. Gladiadora de las emociones, con alma de compositora, lo mismo te canta una balada subida al piano de Manu Guix, que sube la temperatura del plató con Toxic o se convierte en la estrella de un musical con Never Enough dejando a todos boquiabiertos. Transforma su energía en canciones. La voz de Natalia hace que no puedas pestañear cuando te paras a escucharla. Talento, emoción, con una perfección imperfecta que hace que te enamores de su forma de sentir la música, de contar las canciones, de su luz, de su todo.
De corazón valiente y mirada sincera
Hola, me he vuelto a equivocar antes de empezar. Lo dice en una de sus canciones una mujer valiente que no se rinde. Una joven pamplonesa que convierte los noes en síes para seguir construyendo un camino en el que la música tiene mucho que decir. La vimos por primera vez en el talent de La Voz. Los nervios y el destino no quisieron que Natalia, que se presentó con el nombre artístico de Eilan Bay, tuviera una oportunidad en el programa . Entonces, ningún coach se giró. Lo que para otra persona podría ser el fin del mundo, para ella fue un triunfo. Ahora me viene a la cabeza una frase que me atrevo a decir que es su filosofía de vida. “Hay que aprender a perder para llegar a vencer”. Ella lo hace cada día. Y también lo hizo en ese momento. Siguió cantando en las calles de su ciudad con su amiga Amaya, seguía trabajando en su propia música, sin dejar de confiar en su talento, lo que le ha llevado hasta donde está ahora. Y es que si algo nos ha enamorado de Nat, como muchos fans llaman a la cantante, es su fuerza, su valentía y entrega, unido a su gran talento como compositora que pudimos ver en la Academia de Operación Triunfo. Fue una de las que comenzó a escribir el himno de la edición, ese Somos que representa a toda una generación, a ese montón de gente que ve en ese grupo de jóvenes que los sueños se cumplen, antes de lo que pensamos. Eso sí, con mucho trabajo.
Compone en inglés y en español, al piano o con una guitarra bajo el brazo. Fire & Gasoline, Sabes, Ventanas de avión, que la escribió con tan sólo 15 años, Quédate, la canción en inglés que compuso con Alba y Bad Men Can’t Love son algunos de los temas que ya tiene compuestos la joven navarra, muchos de ellos dentro de la Academia de OT. Natalia ha hecho historia con Don’t Ask, su primer videoclip que lanzó antes de entrar al concurso y que ya supera los 2 millones de visualizaciones en Youtube. Ha sido número uno en la lista de ventas de Amazon con la revista Sus Canciones, recopilatorio del programa que sale a la venta el próximo 25 de enero.
Jamás imaginaría que la vida tenía preparada para ella una aventura que le haría llegar a lo más alto, dar lo mejor de sí misma, conquistar a España y Latinoamérica, ser preseleccionada para ir al Festival de Eurovisión y hacer una gira por toda España que empieza en febrero. Ese es el gran valor de las personas que tienen la música tatuada en las entrañas, que no se conforman y que luchan por sus sueños. Una chica que salva a sus fans con su música. Tiene un amplio registro de voz, baila, canta e interpreta.
Es una joven trabajadora, muy perfeccionista, siempre con ganas de aprender y sorprender cuando parecía que ya no era posible. Una compañera que todos querríamos tener muy cerca y una persona que siempre está ahí para ayudarte y abrazarte cuando más lo necesitas. Todavía recuerdo escribir un artículo sobre ella cuando todavía no había empezado el programa. Yo le había seguido desde los castings. Desde ese Summertime que interpretó en la cola vi algo especial, una voz que la gente necesitaba oír, de la que necesitaban empaparse. Ella me escribió por Twitter para darme las gracias. A partir de ahí, vi crecer a una cantante que para mí ya era una estrella. Y cada vez que salía a cantar me moría de orgullo. Fue emocionante descubrir que era capaz de llegar adonde quisiera. Solo necesitaba creer y crear lo que sentía en su interior. Tan simple como eso. Además, destaca por ser un meme andante, algo que parece ser de familia, pues su hermana Elena no se queda atrás.
Nacida para cantar
Desde que aprendió a hablar empezó a cantar. Cuenta con una completa formación musical desde muy pequeña. A los ocho años se formó en la Ópera de Cámara de Navarra.
La música siempre ha estado muy presente en su casa. Su padre Mikel y su tío Txema cantaron en el Orfeón Pamplonés y varios miembros de su familia tocan algún instrumento. Sabe tocar el piano, la guitarra y el violín, por lo que está acostumbrada al escenario y la improvisación aunque siempre con el miedo de no estar a la altura.
Ha actuado en varias obras de teatro y ha desfilado como modelo en alguna pasarela. Lleva más de 10 años dedicada al baile en los estilos clásico, moderno y contemporáneo. Empezó sus estudios de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra, pero al poco tiempo los dejó para centrarse en el teatro musical. Su primer single es When we’re gone. James Bay, Rosalía y Billie Eilish son sus grandes referentes.
Otras de sus pasiones son la poesía, la fotografía y el dibujo. Tiene un blog en el que comparte sus pensamientos https://nataliacunza.wordpress.com/
Se define a sí misma como “pesada, intensita pero maja” en su perfil personal de Instagram.
Una dualidad que atrapa
Ha pasado de ver Operación Triunfo desde su casa a ser una de las favoritas de la edición por haberse atrevido y no tener límites. Baile, presencia escénica y sensualidad. Una mujer dual que se desmelena o muestra su delicadeza según lo que le toque en cada momento. Natalia es la mezcla de la dureza y la extrema sensibilidad. Se crece en el escenario y eso mola mucho.
La navarra nunca olvidará el número 4902 que le acompañó hasta la fase final del casting de Operación Triunfo. Natalia consiguió el pase directo en San Sebastián gracias a la cover de Addicted to you de Avicci. La tercera finalista de Operación Triunfo canta desde un sitio muy honesto, lo que unido a su fuerza, su carisma y potencial artístico te atrapa desde el primer momento. Su punto de inflexión en el concurso lo consigue con Flames y Toxic, esta última considerada una de las mejores actuaciones de OT 2018. La joven aporta credibilidad a cada una de las canciones que hace suyas. Se ha vuelto Crazy encima del escenario, ha gritado Lo Siento junto a Damion, se ha atrevido con el bolero Aunque no sea conmigo, en la que es imposible que no se caiga la lagrimita, ha inundado de soul el plató de Operación Triunfo junto a Famous con Feel It Still, ha protagonizado un dúo de mujeres poderosas en Tainted Love y Toxic, ha dejado ver su cara más flamenca con Pienso en tu mirá y ha mostrado su talento para los musicales con Shallow y Never Enough.
Además, se ha ganado nuestro corazón con The Scientist y Bang Bang y se ha renovado de energía con Lush Life. Natalia te mira y te gana. No sabemos que tendrá el planeta Pamplona pero todos nos queremos ir a vivir allí a ver si se nos pega algo del talento que han demostrado las últimas concursantes pamplonesas, Amaia Romero y Natalia Lacunza.
Acumula emociones en forma de canciones que llegan directas al corazón. Sus pulmones gritan libertad. El alma que pone en todo lo que hace te llega y nos recuerda que al final lo que nos une es la música y los sueños, algo de lo que nunca deberíamos desprendernos. Natalia lo tiene todo. Quédate siempre. Nosotros estaremos aquí esperando tu música y sobre todo, nunca te olvides de ser tú misma, que nadie te diga lo que tienes que hacer. Haz lo que sientas siempre. Vuela alto y libre. Así te conocimos y así te queremos.
Natalia versiona Toxic antes de entrar en la Academia