‘Bailo bailo’, el musical: alma Carrà sin censuras

El cine Capitol de Madrid se transforma en el programa ‘Fiesta’, trampolín de una auténtica diva italiana, conocida por todos como Raffaella Carrà

El equipo de 'Bailo, bailo' celebran las 100 funciones con el público
Fotografía: Marina Velasco

Su luz y marcada personalidad traspasaba fronteras en la gran pantalla y en las icónicas canciones que se convirtieron en una banda sonora irremplazable. Son las 8 de la tarde de un miércoles de febrero atípico, donde el calor ya comienza a asomar en la capital. Una acomodadora nos acompaña a nuestros asientos, mientras de fondo se oye un rumore especial, el de sus mejores éxitos que son la mejor antesala de lo que está por venir.

Hasta el telón tiene su sello con unas guirnaldas luminosas y la imagen de la artista coronando el espacio. Raffaella Carrà trascendía prejuicios y construyó himnos como Lucas, donde habló abiertamente de la homosexualidad. En la primera parte del montaje, la más dinámica, musicalmente hablando, se rompe la cuarta pared y el público asiste a la grabación de un programa de televisión marcado por la censura. Después, se da paso a la serenidad que se integra con los sueños y el vínculo amistoso de sus protagonistas, como sucede en 0303456.

El equipo de 'Bailo, bailo' celebran las 100 funciones con el público
Fotografía: Marina Velasco

El musical que celebró este miércoles 21 de febrero sus 100 funciones es una adaptación libre de Federico Bellone a partir de la película Exploto, exploto dirigida por Nacho Álvarez y estrenada en 2020. Fue el homenaje más reciente que pudo ver en vida la cantante.

Mi piacce tanto. Es lo que sentimos cuando nos zambullimos en un espectáculo lleno de cariño, respeto y mucha vida. Canciones como Tuca tuca, Adiós amigo o Fiesta encuentran su esplendor con un cuerpo de baile de alto nivel (con saltos acrobáticos incluidos y una energía desbordante) capitaneado por Gillian Bruce, donde brillan, entre otros, Alberto Berrocal, Patri Sánchez y Alejandro Fernández. Ya se subieron al escenario para completar la historia de otros musicales como El guardaespaldas y Grease y viajaron a su adolescencia con su aportación en la secuela televisiva UPA Next (Atresplayer Premium).

La magia se completa con una orquesta en directo que acompaña el show desde las alturas. El musical Bailo, bailo cuenta la historia de María, una joven italiana que regresa a España después de haber dejado a su prometido plantado en el altar.

Cantando a la libertad en los 70

Durante el vuelo conoce a Carmen, una divertida azafata que le acoge en su casa mientras ambas comparten sus pasiones y desencuentros amorosos. María se enamora de Pedro, con el que coincidirá en el programa Fiesta de Televisión Española tras coger el relevo de su padre, un censor rígido y temido en la pequeña pantalla. Lydia Fairén y Pepa Lucas despiertan la emoción del público en una primera interpretación que nos deja boquiabiertos. El teatro Capitol abre las puertas a la dolce vita y promete una fiesta llena de buena música, serpentinas y mucho corazón.

La trama del musical transcurre a principios de los años setenta, una época marcada por la censura y los últimos coletazos del franquismo en España, especialmente en televisión, donde incluso se medía el corte de las faldas de las bailarinas. La despampanante rubia de melena rubia platino revolucionó la escena artística y despuntó con una propuesta musical que avivaba el entusiasmo y goce del público.

No hay boda ni evento donde no suene algunos de sus éxitos más emblemáticos y la gente se ponga a mover el esqueleto. La producción de DreamCatcher incorpora nuevas canciones y recrea el alma de la Carrà, sin grietas y con mucho mimo.

La generosidad del elenco

Chete Guzmán da vida al antagonista, ese censor de RTVE al que nunca querrías tener como jefe, Gonzalo Ramos interpreta a Pedro desde la dualidad. El joven se debate entre complacer a su padre o dejarse guiar por el corazón. Ha sido muy gratificante ver al actor en el terreno musical, donde se defiende a las mil maravillas, como sucede en la versión onírica y retro que se marca al inicio del segundo acto.

La Carmen de Pepa Lucas es de lo “mejorcito” del musical, donde no solo pone sobre la mesa su gran vis cómica, sino que exhibe un potencial vocal colosal que emociona desde su primera aparición. Lydia Fairén tampoco se queda atrás con un papel protagónico donde vuelve a demostrar su gran versatilidad y aunque breve, no podemos olvidar el magnífico trabajo de María Reina como la elegante Rosabella.

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