La exitosa serie de Netflix reúne el interesante aire de época con una trama donde no falta el morbo y la emoción
Los Bridgerton, adaptación de las novelas de Julia Quinn sabe jugar muy bien sus cartas desde el principio. Aunque la estética y ambientación de aquellos años (siglo XIX) está muy bien lograda, la fidelidad de la trama se queda a medio camino. Su creador Chris Van Dusen se permite ciertas licencias y cuando su mayor atractivo es potenciar las relaciones amorosas y personales de sus protagonistas, esto parece ser todo un acierto. Alejada de las costumbres antiguadas de la época, nos encontramos con un relato que pone en valor la luz y deja a un lado la oscuridad que otras tantas producciones nos han recordado durante años en el terreno de la cultura audiovisual.
La serie que busca reflejar la alta sociedad londinense está llena de anacronismos pero cuando los chismes y los escándalos están de por medio, eso no parece importar demasiado. Uno de sus puntos fuertes viene dado por el personaje más misterioso, el de Lady Whistledown, cuya identidad será una incógnita hasta el final, lo que permitirá que el espectador haga sus propias teorías a lo largo de los ocho capítulos. Los Bridgerton no es rigurosa, porque nunca lo pretendió. Es una comedia romántica de primer nivel, donde el diseño personajes y la narración goza de una libertad de la que muchos creadores no hacen gala. Por eso, la reina es de color, igual que alguna de sus doncellas (es una alegría ver que se apela a la diversidad cultural en una serie de época). Es una ficción llena de frescura, con una forma de enfrentar los episodios realmente interesante, que te deja siempre con ganas de más.
Para los amantes de las comedias románticas que no buscan rigor histórico
El éxito de esta serie una vez más demuestra que los gustos del espectador conectan con las historias románticas, aunque muchos y muchas parezcan silenciar este hecho y guardarlo para su más absoluta intimidad. Pero, lo cierto es que es un género con mucha demanda en la actualidad. Amores no correspondidos, matrimonios de conveniencia inesperados y la rebeldía de las jóvenes ante la rectitud y normas sociales son algunos de los temas que veremos desfilar por Los Bridgerton.
La joven Daphne es la hija mayor de la poderosa familia Bridgerton. Su intento y casi responsabilidad es casarse con un hombre que le demuestre amor verdadero, siguiendo el ejemplo de sus padres. Pero todo se vuelve en su contra con las ofensivas publicaciones de Lady Whistledown que tienen en vilo a la alta sociedad. En un acto de rebeldía y madurez, la primogénita tiene un acercamiento con el Duque de Hastings que ha tenido una dura infancia y que necesita recibir en su vida lo más importante, el amor. En Los Bridgerton, encontramos una perspectiva feminista muy marcada, sobresaliente y acertada y que merece nuestro aplauso al tratarse de una ficción ambientada en siglos pasados. El reparto tiene momentos brillantes. Phoebe Dynevor y Rege Jean-Page destacan por su conexión y la química natural que surge entre ambos, Claudia Jesie que da vida a Eloise como la rebelde de la familia o la actuación de Nicola Coughlan que sin duda es uno de los personajes estrella.
Una historia, la de Los Bridgerton, atrevida, romántica y original que se adereza con toques de actualidad y violines, típicos de los bailes de salón: escuchamos Bad guy de Billie Eilish, Thank u, next de Ariana Grande, Girls like you de Maroon 5, In my blood de Shawn Mendes, Strange de Celeste y Wildest dreams de Taylor Swift.